logo commaUn año más hemos tenido el placer de participar en el curso Comma (Community Management Training Course) aportando nuestra experiencia en la gestión de la reputación online. En un primer encuentro, Orreaga Aranburu acercó a los alumnos los principios de esta labor. En el segundo, Guillermo Vilarroig profundizó en la experiencia del día a día.
Si bien es cierto que todos los días surgen nuevas herramientas y actualizaciones en las redes sociales más populares, hay reglas que no cambian. Por eso no nos cansaremos de recalcar la importancia de la monitorización on line, el análisis y la participación mediante contenidos propios y de calidad. Como en muchos otros aspectos de la vida, más vale prevenir.

Para entrar en materia, recordamos la importancia de lo que Google muestra cuando los usuarios buscan el nombre de nuestra empresa, ya que para ellos es nuestra primera carta de presentación. Vimos algunos ejemplos en los que la reputación de empresas o personas se había visto salpicada y cuyos efectos aún eran visibles en las primeras páginas de resultados.

Aunque hay aspectos difíciles de controlar, la clave está en la prevención. La escucha activa, la participación con sentido común y los contenidos propios bien posicionados son la mejor medicina para evitar o amortiguar una crisis de reputación. Por eso vimos cómo monitorizar la conversación, algunos consejos clave a tener en cuenta a la hora de participar en las redes sociales, cómo crear y poner en marcha un plan de reputación y una serie de consejos de cara a una posible crisis.

En el segundo encuentro, ya con Guillermo Vilarroig, vimos cómo se aplica todo esto en el día a día, cómo funcionan los informes sociales de Google Analytics y qué otros indicadores se pueden utilizar para demostrar resultados. Asimismo, Guillermo explicó algunos ejemplos en los que, gracias a estas técnicas de gestión de la reputación online, hemos conseguido posicionar en el mercado empresas que de otra forma no hubiesen podido competir con otras que tienen más recursos económicos.

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Publicado por Orreaga Aranburu