En el momento de plantearse un nuevo proyecto en Internet o un rediseño del sitio web actual es muy recomendable realizar un estudio de la competencia, sobre todo de aquellos competidores que han invertido tiempo y dinero en definir su estrategia; lo conveniente es llevar a cabo este estudio con el apoyo de un proveedor especializado que nos ayude en lo que se denomina “Competitive Intelligence”.
Es importante tener en cuenta todos los aspectos que nos pueden ayudar a tomar decisiones acerca de cómo enfocar el rediseño de la página web y de cómo conseguir el tan deseado tráfico cualificado que se convierta en resultados.
Y ¿cómo obtener esa información? Existen muchas herramientas que ofrecen datos muy valiosos e informes muy completos. Realizar una síntesis de esos informes y extraer conclusiones nos puede ayudar a mejorar el rendimiento de nuestra presencia en Internet. No es empezar desde cero.
¿Qué podemos conocer de nuestros competidores?:
. Acceso a las frases claves que han comprado en Google, Yahoo u otras redes de Pago por Clic.
. Anuncios que tienen contratados.
. Qué términos y buscadores les proporcionan mayor número de tráfico en los listados orgánicos.
. Qué campañas son las que mejor funcionan (banners u otros formatos publicitarios).
. Índices de popularidad del dominio.
. Y así hasta más de 15 variables.
Al margen de esta información, y a través de alertas, es posible monitorizar todos los cambios que se produzcan en su estrategia y hacer, por tanto, un seguimiento constante.
Al margen de los competidores directos, también es importante monitorizar todos aquellos aspectos que pueden ser relevantes, como la compra de palabras claves determinantes para nuestro negocio, tráfico estacional o registros de dominios.
En cualquier caso, se trata de optimizar mejor las campañas y tener un contacto constante con aquellos términos que pueden generar valor a nuestros clientes, siendo conscientes de que hay otros competidores que también están luchando por esos términos.